Amigos... Hoy nos enfrentamos a un desafío del que esperamos salir bien parados. Haremos un risotto, una receta de arroz cuya clave está en la atención constante que debemos prestar. El ingrediente principal en este caso son los deliciosos níscalos que pueden encontrarse en zonas de pinares.
Ingredientes (4p):
200 g de arroz redondo
150 g de níscalos
1 cebolla
1 dientes de ajo
1 pimiento verde
1 zanahoria
½ vaso de vino blanco
1 l de caldo de verduras
10 g de queso parmesano rallado
1 nuez de mantequilla
Aceite, sal.
Preparación:
Picar la cebolla y el ajo muy finos y dorar en una cazuela con un chorrito de aceite. Añadir el arroz y rehogar unos minutos. Incorporar los níscalos troceados y dar unas vueltas hasta que el arroz se dore ligeramente. Mojar con el vino y dejar que se evapore.
Agregar un poco del caldo de verduras caliente. Remover suavemente con una espátula de madera, añadiendo el caldo poco a poco sin dejar de remover, para que se desprenda todo el almidón y quede untuoso. Cuando esté al dente (entre 15-18 minutos) añadir la mantequilla, el queso y mezclar. Listo.
Nota para sibaritas y entendidos:
Los mejores arroces para hacer un risotto son los italianos de grano mediano, tipo arborio o carnaroli. Para que quede perfecto es fundamental que se vaya añadiendo el caldo en pequeñas cantidades, removiendo el arroz hasta que absorba todo el líquido para después añadir más. El vino blanco aporta elementos ácidos y umami a la base del sabor (espero que los notéis!!).
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